EL RITO SAGRADO DE UNIÓN DE MANOS.

Para nuestros antepasados Celtas el matrimonio no era sólo la unión de dos personas, sino que era la unión de dos almas. Los Celtas creían que las almas se buscaban y se unían para multiplicar sus fortalezas y hacer frente a sus debilidades en este Mundo. El uno era el apoyo incondicional del otro, su perfecto compañero, guía y maestro.

Hoy en día se conoce a este rito como Boda Celta debido a su origen entre los pueblos celtas de Irlanda, Escocia y Gran Bretaña, de donde se extendió al resto de pueblos celtas continentales.

Este rito, como muchos otros, procede de la antigua cultura celta, en la que el lazo era el símbolo de la unión de la pareja. En sus orígenes, era la forma en los novios se comprometían durante 1 año y 1 día ante la comunidad y, tras ese período, la unión era confirmada de nuevo de forma más permanente; aunque también podía romperse si la pareja no se entendía, con el ritual de Handparting o separación de manos.

Desde luego, los antiguos irlandeses eran muy conscientes de la necesidad de dar una forma y una validez legal a sus uniones. Hay que tener en cuenta que los antiguos celtas irlandeses tenían 9 formas o grados distintos de uniones, pero cualquier relación de la que nacían niños, era considerada como un matrimonio a efectos legales a fin de asegurar los derechos del niño.

Los wiccanos no estamos juntos “hasta que la muerte los separe” al unirnos en matrimonio, nos casamos bajo la premisa de: “mientras el amor dure”. Cuando ya no existe amor en una pareja, ellos son libres de seguir su camino. Antiguamente este ritual se efectuaba cada 7 años para que las parejas renovaran sus votos de matrimonio, actualmente por cuestiones prácticas sólo se realiza una vez, aunque se pueden renovar votos si la pareja así lo desea.

En muchos aspectos, la unión de manos es como cualquier otra boda moderna. Una pareja decide prometerse públicamente amor y fidelidad, teniendo como testigos a las personas que son importantes para la pareja, bajo la guía de un líder respetado en la comunidad. La pareja intercambia símbolos de amor: como lo son los anillos, cuya forma redonda simboliza el círculo intacto del amor que se están prometiendo, sin principio ni fin.

Uno de los beneficios de la unión de manos es que no tiene una verdadera estructura y que puede adaptarse para incluir una variedad de ceremonias distintas que la pareja puede elegir, yo sólo explicaré algunos símbolos principales en este ritual.

A partir de Ostara comenzamos a celebrar el renacimiento de la fertilidad y la primavera. El Dios ha renacido y comienza la etapa de cortejo y unión con la Diosa. Todo es fértil, lleno de vida, luz, calor y amor.

De este modo, y como resulta tradicional en las festividades de origen céltico, la mayoría de las uniones conyugales se celebraban al calor de los festivales que se celebraban entre abril y septiembre (Beltane -1 de mayo-, Litha -23 de junio- y Lammas o Lughnasadh -1 de agosto-). Aunque según las pocas crónicas que han llegado hasta nuestros días, durante Litha y Lughnasadh, el festival que marca el comienzo de la época de la cosecha, la maduración de las primeras frutas, se celebraban uniones, la mayoría de las parejas esperaba a Beltane, bien para unirse, bien para renovar ante la comunidad la unión que habían llevado a cabo en privado.

Así, durante la Buidhe Bealtaine, cuando se encendían hogueras en honor de Belenos para festejar la unión del Dios y la Diosa, las parejas se reunían con el resto de los miembros de sus comunidades y, aprovechando las celebraciones, unían sus almas al amparo de la sagrada unión de los Dioses.

No existe una única fórmula de Ritual de Unión de Manos al igual que no son nunca iguales las parejas. Debido a la gran flexibilidad que da este tipo de ceremonia a los contrayentes, las fórmulas usadas por los Oficiantes y las Sacerdotisas para unirlos son siempre distintas y personalizadas. Es decir, no existe un ritual estándar. El Oficiante o Sacerdote, como persona experta en la antigua religión y que ha elegido un camino de vida que le lleva a estar en sintonía con los Dioses, elabora la ceremonia del modo más acorde a las experiencias y necesidades de la pareja. De este modo, la bendición de los Dioses acompañará a los contrayentes en su vida en común.